¿Para qué sirve un tratamiento calmante?
Un tratamiento calmante está pensado para mejorar la irritación y las rojeces de las pieles reactivas y/o hipersensibles. La fortalece y la hace más resistente a las agresiones externas, mejorando notablemente la condición general de la piel. Le aporta la calma que necesita para proteger su barrera cutánea a la vez que la hidrata y la repara.