En cosmética, como en casi en todo, existen tendencias y términos que se ponen de moda casi de un día para otro. Uno de ellos es la palabra microbioma (también conocida como microbiota) y es una de las cosas a tener en cuenta si tienes la piel sensible y no sabes cómo cuidarla.
¿Que es el microbioma de la piel?
El microbioma es un pequeño ejército invisible de bacterias y microorganismos que habitan en la superficie de la piel, en la epidermis, y forman la barrera cutánea. El estado de salud de tu barrera cutánea es el factor más decisivo a la hora de saber cómo de sensible es tu piel y qué puedes hacer para mejorar su estado.
El microbioma de la piel es como la huella dactilar, es única para cada persona y no existen dos exactamente iguales. Cada piel ofrece a su microbioma un habitat específico y a modo de agradecimiento, este pequeño ejército defiende a tu piel de los microorganismos que provocan ciertas enfermedades y desestabilizan el manto ácido de tu epidermis.
¿Qué características tienen las pieles sensibles?
Lo primero que debes tener en cuenta es que la piel sensible NO es un tipo de piel sino una condición de la piel. Puedes tener la piel seca, mixta, grasa (tipo de piel) y sensible al mismo tiempo (condición de la piel).
Igualmente, existe una diferencia entre piel sensible y piel sensibilizada. La piel sensible es una condición crónica de la piel; quiere decir que tu piel siempre reacciona exageradamente ante ciertos inputs. Por otra parte, la piel sensibilizada es un estado temporal de la piel; significa que tu piel no es normalmente sensible pero reacciona de forma desmedida en épocas determinadas (primavera, situaciones de stress), ante determinados factores externos (enfermedades, toma de medicamentos) o contacto con ciertos elementos (dermatitis de contacto).
Tanto en un caso como en el otro, piel sensible o sensibilizada, la epidermis muestra una hiperreacción para intentar protegerse de los factores que siente que la están atacando. Por lo tanto, cuanto mejor armado esté el pequeño ejército de tu piel (microbioma), más efectivamente sabrá protegerse cuando se sienta atacado.
¿Cómo saber si tengo la piel sensible?
El manto ácido o pH (potencial Hidrógeno) de la piel es el parámetro que se utiliza para medir la acidez o alcalinidad de tu piel. Su equilibrio marcará la salud de tu piel. El valor óptimo de pH en la piel, ligeramente ácido, se sitúa entre 4’5 y 5’9. Cualquier valor que se sitúe por encima de 7 indica alcalinidad y es cuando se producen las sensibilidades en la piel. Los productos que usas a diario así como factores externos (radiación solar) o internos (stress) son los mayores responsables de alcalinidad en tu piel.
Si tienes una condición de la piel tipo eczema, psoriasis, rosácea o la sóla idea de probar un nuevo producto hace que tu piel se resienta, quiere decir que tienes la piel sensible. Si tu piel reacciona ante ciertos ingredientes o comidas, demuestra una reacción exagerada en ciertas épocas del año, o se enrojece, pica y está tirante, lo más probable es que tu piel está sensibilizada.
¿Qué productos usar para la piel sensible y/o sensibilizada?
En términos generales, si tienes la piel sensible o sensibilizada piensa que menos es más. Utiliza menos productos pero de mejor calidad. Piensa que cuantos más productos (con su respectiva lista de ingredientes) utilices en tu rutina, más probabilidades tendrás de una reacción adversa. Dermatólogos y profesionales del sector te pueden asegurar que nunca han existido tantísimos casos relacionados con la piel sensible como actualmente debido, en gran parte, al potpourri de productos que usamos a diario.
// Limpieza. Huye de cualquier producto demasiado fuerte, abrasivo o que contenga alcohol o algún tipo de ácido exfoliante. Utiliza un producto como la Softening Cleanser de la nueva línea Superkind de Tata Harper, especialmente concebida para pieles comprometidas.
//Tónico. Huye de cualquier producto que contenga alcohol o ingredientes muy astringentes. Lo que quieres en este caso es un tónico que hidrate la piel y tenga ingredientes calmantes como el Facial Calming Mist de Merme Berlin, el Vital Unifier de Nuori o el Balancing Toner de Grown Alchemist.
// Serum. Al igual que con el tónico, lo que buscas en un serum si tienes la piel sensible es que la hidrate y le devuelva el equilibrio. Utiliza un producto específico como el Active Agent Couperose de Susanne Kaufmann o el Booster Calm 360º de Ami-Iyök.
//Crema hidratante. Lo que buscamos en una crema hidratante específica para pieles sensibles es que, además de hidratarla y protegerla de las agresiones externas, también la refuerce y la haga más resiliente. La crema Fortifying Moisturizer de la nueva línea Superkind de Tata Harper está preparada para conseguir filtrar alérgenos y contribuir a que la piel no reaccione a estímulos que la puedan agredir. Otras buenas opciones son la Hydra-Repair Day Cream de Grown Alchemist para pieles normales a secas o la Iyökbalance de Ami-Iyök para pieles mixtas a grasas.
// Mascarilla. Si tienes la piel sensible y no quieres renunciar al ritual de usar una mascarilla, elige una que tenga propiedades antiinflamatorias como la Calming Mask de Susanne Kaufmann o la Radiance Mask de Tata Harper, que contiene 14 activos botánicos de alta eficacia que consiguen el equilibrio del microbioma cutáneo y proporcionan una intensa sensación de hidratación y confort hasta a las pieles más comprometidas.
Si tienes la piel sensible y no sabes por dónde empezar a elegir los productos adecuados, escríbeme a:
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Espero que estés muy bien.
Gracias por leerme 🙏
Un beso 😘
Mónica 💚

