Pasa en las mejores familias (y pieles). Estás contenta con tu rutina, notas que la piel se ha adaptado perfectamente a los productos que utilizas ahora mismo y te sientes feliz con tu piel, con el aspecto que tiene cada vez que te miras en el espejo.
Y de repente, como una visita inesperada de los familiares/amigos más pesados que tienes, literalmente de la noche a la mañana la piel se te vuelve loca. La notas irritada, enrojecida, hipersensible y te han aparecido unos granos raros sin saber ni el por qué, ni el cómo ni por dónde han llegado. Lo único que te interesa es hacer que todo lo anterior desaparezca tan rápido como ha llegado.
Bien, el post de hoy no tratará de hacer un trabajo de investigación propio del CSI (¿hay alguna fan más de Grissom en la sala?) para saber el origen de este cambio sino que nos centraremos en las pautas para calmar la piel y que vuelva a recobrar el aspecto que tenía antes que todo esto hubiera empezado.
¡Vamos allá!
Menos es más.
Esta frase, atribuída a Mies van der Rohe con respecto al tipo de arquitectura que hacía, nos va de perlas aquí y es la norma fundamental cada vez que notas que tu piel está estresada. Reduce tu rutina al mínimo esencial durante un par de días y céntrate únicamente en tres productos: limpiadora, tónico y crema hidratante. Utiliza sólo estos tres productos durante dos o tres días y comprueba el estado de tu piel. Si todavía notas la piel irritada, enrojecida o descamada, sigue con esta rutina simplificada hasta que notes una mejoría. Si al cabo de varios días todavía no notas ningún progreso, puede significar que tengas la barrera cutánea comprometida o que sea el comienzo de rosácea o eczema. Yo cambio mucho mi rutina y pruebo muchos productos diferentes, algo que a mi piel no siempre le gusta. Es por eso que siempre tengo un bote de la Fortifying Moisturizer de la línea Superkind de Tata Harper en la retaguardia; no la uso a diario pero sí que acudo a ella cada vez que me noto la piel irritada y siempre consigue apagar el fuego cada vez.
Pausa a los ingredientes activos.
Los ingredientes activos son los que hacen trabajar a tu piel, hacen que se regenere, la fuerzan a que dé lo mejor de sí. Precisamente por esto no resultan nada recomendables cuando tienes la piel irritada, ahora mismo lo que tu piel necesita es calma y no una dosis extra de actividad. Aparca temporalmente los productos que contengan vitamina A (retinol), vitamina C o cualquier tipo de AHA o BHA ( alfa y beta hidroxiácidos). Revisa también si el tónico que usas contiene alcohol y en ese caso, sustitúyelo por uno que no esté entre sus ingredientes. En muchas ocasiones, la piel irritada te da la sensación de ardor y picor así que resulta una buena idea usar un tónico sin alcohol en formato spray para que te lo puedas aplicar durante todo el día y no sólo dos veces al día. Mis favoritos en este caso son el Vital Unifier de Nuori y el Hydrating Floral Essence de Tata Harper porque ambos son súper hidratantes.
Elige bien las texturas.
En el caso de tener la piel irritada, da preferencia a las texturas en crema antes que las texturas en gel. La explicación reside en que las texturas en gel son fabulosas a la hora de eliminar impurezas y, sobre todo, el sebo de la epidermis pero si tienes la piel enfadada, necesitas retener todos el aceite que produzca tu piel. Estos aceites naturales forman una especie de barrera protectora en tu epidermis que aislan y protegen a la piel de agresiones externas. Preservarlos mientras tienes la piel irritada, acelerará el proceso de recuperación.
Hidratación al poder.
Cuando la piel se irrita, normalmente quiere decir que ha perdido una de estas dos cosas: agua y/o aceite. Si tu piel ha perdido agua, se mostrará deshidratada (áspera al tacto, apagada) y si ha perdido lípidos, se mostrará seca (tirante, enrojecida). Una piel irritada suele presentar una falta de ambas cosas, agua y lípidos, por lo que conviene tener en cuenta que hace falta hidratar, hidratar e hidratar. Comienza por un limpiador suave en crema como el Grace Gentle Creme Cleanser de Antipodes, sigue con un tónico hidratante como los que mencioné más arriba y aplícate una crema rica en ingredientes como el ácido hialurónico, el aloe vera o la vitamina E. Uno de mis trucos infalibles cuando tengo la piel irritada, y que ya mencioné muchas veces simplemente por lo bien que funciona, es sustituir la crema de noche por una mascarilla hidratante como la Moisturizing Mask de Susanne Kaufmann o la Supreme Moisture Mask de Nuori. Déjala puesta toda la noche y retirala por la mañana, ya verás qué diferencia.
Usa un aceite facial.
Una piel irritada quiere decir una barrera cutánea comprometida. Lo que suele pasar es que debido a los productos que usamos, a la toma de medicamentos o a un particular estilo de vida, la producción de aceites naturales de nuestra epidermis decrece y deja a la epidermis sin esa barrera de protección natural. Usar un aceite facial es la manera más rápida y eficaz de aportar los lípidos que le están faltando a nuestra piel y ayudarla a seguir produciendo los suyos propios. El aceite de rosa mosqueta Facial Beauty Elixir de Merme Berlin o el Divine Face Oil de Antipodes son perfectos para todo tipo de pieles, incluso las mixtas y/o grasas. Aplicatelo por sí solo en vez de tu crema hidratante habitual o añade un par de gotas a tu crema para notar como poco a poco, tu piel va recobrando su equilibrio.
La piel irritada es algo indeseado pero que le puede pasar, y le pasa, a la mayoría de las pieles. Es imprevisible y a veces tiene origen en algo que hemos hecho (exfoliar demasiado) o su origen recae en factores externos. En cualquier caso, deja de culparte por haber hecho esto o aquello y céntrate en intentar lograr la calma que tu piel necesita.
Espero que este artículo de cinco sencillas pautas te haya servido para saber qué hacer cuando tu piel se enfada. De todas formas, no dudes en escribirme a hola@lamiuk.com si necesitas ayuda con este o cualquier otro tema cosmético.
Espero que estés muy bien.
Un beso 😘
Mónica 💚

