El primer artículo de 2018 va dedicado a una de las tradiciones más bonitas que tenemos, la de los Reyes Magos. También te cuento lo que serían mi oro, mi incienso y mi mirra en mi lista de este año.
La carta de los Reyes Magos
¿Te acuerdas de las cartas que teníamos cuando eramos pequeñas? En papel ribeteado como de familia real, con espacio para escribir tu nombre en el remite y con una ilustración de los Reyes Magos en la parte delantera.
Yo tengo dos hermanas así que cada una se asignó un rey. Supongo que pensábamos que si teníamos un trato más directo con uno sólo y no con los tres a la vez, prestaría más atención a nuestros deseos.
El mío era Melchor. Lo elegí porque tenía la barba blanca de bonachón, como de abuelito. En mi imaginación siempre creí que era el más generoso de los tres. Siempre empezaba mi carta preguntándole cómo estaban él y su mujer. Algunos años le preguntaba sólo por él ya que nunca nadie me dió una respuesta clara de si Melchor estaba casado o no. Lo que sí sabía a ciencia cierta era que no tenía hijos; mi madre me había dicho que los Reyes Magos no tenían descendencia porque consideraban a todos los niños del mundo como hijos propios. ¡Bendita inocencia infantil!
Regalos no materiales
Como compensación al montón de juguetes que les pedía todos los años a los Reyes Magos, siempre me parecía justo pedirles también cosas no materiales. Cosas que no se pudieran encontrar en una tienda y no se pudieran pagar con dinero. Si habían ido a visitar el portal de Belén personalmente, entonces seguramente que tendrían un trato directo con las personas a las que normalmente les pedía las cosas.
Siempre pedía salud para mi familia y amigos, que nunca les pasara nada. Pero también cosas tan absurdas como que la niña más popular del colegio se hiciera mi amiga o que no tuviera que estudiar para sacar buenas notas.
Hoy en día sigo deseando cosas como vivir en un mundo mejor, cuidar más de la gente que quiero y disfrutar de las pequeñas cosas del día a día que me pasan inadvertidas. Y agradezco la suerte por todo lo que me pasa, de poder dar tantas cosas por hecho y también de poder dedicarme a poder hablar contigo un ratito cada semana.
Mirra, incienso y oro
Le doy la vuelta al orden original porque a continuación te contaré mis tres deseos principales, de menor a mayor valor, si le pudiera pedir a los Reyes Magos cualquier cosa de LA MIÜK
// Mirra. Comienzo esta lista con uno de mis productos favoritos de siempre y uno que uso regularmente. El champú natural Volumizing Shampoo de Christophe Robin https://www.lamiuk.com/cuidado-cabello/volumizing-shampoo-with-rose-extracts/ está formulado sin sulfatos, parabenos ni siliconas. Es un champú suave que aporta volumen y brillo al cabello. Lo mejor? Contiene agua de rosa damascena y te deja el cabello con una maravillosa fragancia.
// Incienso. Otro producto natural sin el que no podría vivir es la mascarilla Mask Supreme 7-in-1 de Antonia Burrell. https://www.lamiuk.com/tratamiento-facial/mask-supreme-7-in-1/ Hidrata, detoxifica, alisa, repara, aclara, ilumina, protege y perfecciona la piel. Es uno de los productos con los que realmente notas una diferencia considerable en tu piel después de usarlo.
// Oro. Si me sigues en las redes sociales sabrás que no es ningún secreto la devoción que le tengo al aceite The Beautiful Oil de la maravillosa marca orgánica danesa Kjaer Weis https://www.lamiuk.com/tratamiento-facial/the-beautiful-oil/ Hidrata la piel en profundidad de forma natural y le aporta una luminosidad impresionante. Para mí es lo más parecido a oro líquido que conozco.
Me encantaría que me hablases de tu lista de deseos este año, qué productos naturales de LA MIÜK elegirías y qué cosas no materiales te gustaría que pasaran.
Como siempre, para cualquier duda, pregunta o comentario me puedes escribir a hola@lamiuk.com, me encantará conocerte!
Gracias por leerme.
Un beso,
Mónica
